Mejorar mi pensamiento crítico

El pensamiento crítico es el arte de utilizar la razón para analizar ideas e ir más allá con el fin de llegar a nuestro verdadero potencial. No se trata de pensar más o con mayor afán, sino de pensar mejor. Perfeccionar tus habilidades de pensamiento crítico puede abrirte a una vida de curiosidad intelectual; pero el camino no es color de rosa.

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El pensamiento crítico requiere mucha disciplina. Mantenerte en la senda para lograrlo requiere una mezcla de crecimiento constante, motivación y la capacidad de analizarte honestamente, incluso si encuentras algunos detalles incómodos.

Perfeccionar tus habilidades de cuestionamiento

Cuestiona tus suposiciones: Hacemos muchas sobre casi todo; así procesa nuestro cerebro algunos pedazos de información y así es como logramos vivir de manera cotidiana. Se podría decir que estas forman la base de nuestro marco crítico. Pero, ¿qué sucedería si estas suposiciones estuvieran equivocadas o al menos fueran parcialmente falsas? En ese caso, toda la base tiene que reconstruirse desde abajo hacia arriba.

No creas que una noticia es confiable hasta que hayas hecho tus propias investigaciones: Como sucede con las suposiciones, creer que cierta información es veraz puede ser útil. En lugar de verificar todo lo que alguien dice, solemos clasificar la información como venida de una fuente confiable o dudosa. Esto nos libra de verificar cada noticia que nos llega, lo que nos ahorra tiempo y energía. No obstante, este proceso también nos impide llegar al fondo de las cosas que creemos que provienen de una fuente confiable, incluso cuando no sea así en realidad. Solo porque una noticia haya aparecido en una revista o en una emisión de televisión no quiere decir que es forzosamente veraz.

Cuestiona las cosas: Ya has leído sobre cuestionar suposiciones y figuras confiables. Ahora te diremos que cuestiones… ¿todo? Hacer preguntas es quizás el acto de pensamiento crítico por excelencia. Si no sabes qué preguntas hacer o no haces ninguna, es posible que no logres llegar a la respuesta. El pensamiento crítico se trata de encontrar dicha respuesta y hacerlo de manera elegante.

Adaptar tu perspectiva

Entiende tus propios sesgos: El juicio humano puede ser subjetivo, frágil y malicioso. Un estudio reciente mostró que los padres que recibieron información corregida sobre el peligro de las vacunas tenían menos probabilidades de vacunar a sus hijos.[3] ¿Por qué? La hipótesis es que los padres que reciben esta información aceptan que es verdadera, pero retroceder daña su autoestima, que es muy importante para la mayoría de personas. Entender cuáles son tus prejuicios puede afectar la manera en que procesas la información.

Piensa varias jugadas con anticipación: CNo solo pienses uno o dos pasos por adelantado. Proyecta varios. Imagina que eres un gran maestro en ajedrez que tiene un duelo con alguien que posee la capacidad de pensar docenas de movimientos con cientos de combinaciones por adelantado. Tienes que ser tan inteligente como él. Trata de imaginar las posibles formas futuras que podría adoptar el problema que estás tratando de resolver.

Lee buenos libros: Nada es mejor que la transformación que origina un buen libro. Sea Moby Dick o Philip K. Dick, las buenas lecturas tiene el poder de plantear debates (literatura), ilustrar (no ficción) o desencadenar emociones (poesía). Además, la lectura no es solo para los ratones de biblioteca. Elon Musk, el gigante de la tecnología dijo que había logrado dominar la ingeniería aeroespacial casi únicamente "leyendo y haciendo preguntas"

Ponte en el lugar de otras personas: La empatía también puede ayudarte a desarrollar tus habilidades de pensamiento crítico. Sea que quieras mejorar tus tácticas de negociación o entender mejor la literatura, ponerte en el lugar de otras personas te ayudará a imaginarte sus motivaciones, aspiraciones y confusiones. Puedes utilizar esta información para tener influencia, ser persuasivo o simplemente para ser una mejor persona. La empatía no tiene que ser cruel.

Reserva al menos 30 minutos al día para mejorar las funciones de tu cerebro.: Separa 30 minutos en tu día ocupado para pulir y fortalecer tu cerebro. Hay muchas maneras de hacerlo. A continuación se presentan solo algunas ideas: Resuelve un problema por día. Pasa un poco de tiempo descubriendo la solución de un problema y luego resuélvelo. Este podría ser teórico o personal.
Encuentra tiempo para ejercitarte de manera consistente. Treinta minutos de ejercicios aeróbicos, tan poco como una caminata en tu vecindario, pueden ayudarte a mejorar el funcionamiento de tu cerebro.
Come los alimentos adecuados. El aguacate, los arándanos, el salmón salvaje, las nueces y las semillas, así como el arroz integral, contribuyen decisivamente a mantener la salud de tu cerebro.

Reunir todo

Comprende cuáles son todas tus opcione: Cuando quieras llevar tus habilidades de pensamiento crítico a la acción, porque el filosofar pasivo puede volverse anticuado después de un tiempo, es bueno saber cuáles son tus opciones. Ponlas todas frente a ti y luego pondéralas. Muchas veces nos encasillamos creyendo que solo tenemos una opción cuando hay otras.

Rodéate de personas más inteligentes que tú: Quieres ser el pez grande en un estanque pequeño porque el resultado es que tu ego se siente bien. Bueno, descarta tu ego. Si realmente quieres aprender, mejorar en algo y desarrollar tus habilidades de pensamiento crítico relaciónate con personas más listas que tú. Ten por seguro que estos se juntan con personas más listos que ellos y podrías apostar que un poco de esa inteligencia calará en tu perspectiva.

Fracasa hasta que tengas éxito: No tengas miedo al fracaso pues es solo otra manera de darte cuenta qué es lo que no funciona. Utilízalo para tu beneficio aprendiendo las lecciones. El mito popular es que las personas exitosas nunca fallan, cuando la verdad es que esta gente fracasa hasta que llega a tener éxito y en ese momento solo se pueden ver sus triunfos.